lunes, 29 de diciembre de 2014

Propaganda

Recientemente se ha estrenado The Interview, película de tono "humorístico" sobre un intento de asesinato del nefasto "líder" Kim Jong-Un, sucesor de la noble tarea de dirigir autoritariamente un país agonizante, todo bajo la bandera del sagrado comunismo. Pero ese no es el tema que ocupará este artículo.
Se puede palpar la inteligencia en el poster.

Dicha película, la cual para su estreno ha contado hasta con un discurso del presidente negro, Nobel de la Paz: Obama -recalco lo de negro no por un posible racismo mío, sino porque considero obvio que le ha sido muy útil para alcanzar una mayor popularidad y aceptación- pretende ser una broma navideña para demostrar que de todo se puede hacer humor.

Sí, humor. Humor los cojones. Lo que se presenta en dicho film no es sino un acto de propaganda política orquestado por el gobierno norteamericano, ahora en una época donde hasta su oposición comunista desvela su muerte y corre para lamerle las botas, véase Cuba. Y como tal propaganda va a estar encubierta bajo la etiqueta de humor (no muy inteligente por lo que he podido apreciar en el tráiler), se la van a comer bien.


Recalco que yo no estoy en absoluto de acuerdo ni con el comunismo, ni con los regímenes dictatoriales, y mucho menos con un "gobierno" tan enfermo como el de Corea del Norte. Pero lo que realmente me molesta es el carácter rastrero de impulsar una película con afán propagandístico y venderla como si no tuviera ninguna importancia. Claro, por eso hasta el presidente de la nación se ha pronunciado respecto a amenazas que recibió la película, porque no tiene la más mínima importancia.


Lo peor es que esto no tiene nada de novedoso. Día a día nos vemos rodeados de propaganda, no solo directa, como sería la publicidad, sino la gran mayoría de forma más disimulada; hasta llegar a niveles indiscriminados.

En televisión, radio, periódicos; no paramos de recibir información sobre qué debemos hacer, cómo debemos vivir, qué hay que comprar -oh, blanca y puta navidad- hasta que no somos más que un conjunto de ideas ajenas e impulsos consumistas.

La propaganda nos rodea cual Boa hasta asfixiar nuestro propio pensamiento, y más si no somos conscientes de ello, dado que se utiliza cualquier medio para conseguir propagar la mierda psicológica que hace seguir funcionando el sistema.

Hay que ser más consciente de lo que rodea a uno si no quiere que lo aplasten, y si se decide consumir o seguir en parte al sistema, al menos tener cuidado porque a la mínima te verás cantando un himno, comprando determinados días en hormigueros infestados de marionetas, o riéndote mientras te meten en la cabeza basura propagandística.

Acabas siendo feliz obedeciendo, siendo una puta más del sistema.

Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario