lunes, 23 de marzo de 2015

Cine Infumable

Viendo que apenas he hablado de cine en el blog, y siendo una afición a la que dedico bastante tiempo; me decido a comentar una serie de películas que, aun siendo insufribles y de contenido absurdo, en mi particular masoquismo he procedido a visionar (algunas en repetidas ocasiones).


Comencemos, como no, con Anticristo. Perpretada por el pseudonazi danés Lars Von Trier en 2009, representa de forma bastante clara el peligro que implica considerar a alguien "director de culto". En sus 104 minutos, duración relativamente corta para los estándares actuales de 2-3 horas, un Willem Dafoe que no sabe qué hacer con su vida y su pareja emocionalmente inestable (Charlotte Gainsbourg, figurante en otras 3 películas de Lars) emprenden un viaje de superación y aceptación en una cabaña situada en un apacible bosque tras la muerte de su hijo, la cual se produce de manera bastante explícita mientras fornican (es apreciable en la película el número de planos en los que aparecen los cuartos traseros de nuestro querido Dafoe). El resultado: psicosis, mutilaciones, hogueras, intercambio de fluidos, animales más idos de rosca que Von Trier; y todo ello acompañado de un guión pobre e inconexo, casi inexistente banda sonora y un general sentimiento de sopor homicida. Se me olvidaba la moraleja: el Anticristo es la mujer.

Si no la he visto cuatro veces, la he visto cinco; además de habérsela recomendado a casi una veintena de personas y dado mucho el coñazo con ella. Pero qué le voy a hacer. Sigamos.

Es realmente complicado encontrar un poster no repulsivo de esta.
Shame, realizada en 2011 por Steve McQueen. Sinceramente, no tengo la más mínima idea sobre las filmografía del director y el protagonista (Michael Fassbender) me importa bastante poco. Pero voy al grano, Shame se presenta como un ejercicio provocador de "numerosas" escenas sexuales y una trama compleja y profunda. El protagonista es un ejecutivo adicto al sexo y la pornografía, que se encuentra ante una dicotomía cuando blaaablablablabla. 100 minutos de personajes sin carisma alguno, conductas penosas y escenas supuestamente explícitas tristísimas; todo ello con un sentido moralista propio de la Inglaterra del siglo XVIII. La sociedad está corrompida, el amor muerto, la perversión conduce al mal, bumbúm, bumbúm, bumbúm.

Mala, cutre, puritana y aburrida son pocos adjetivos de los muchos que se la podrían aplicar. ¿Lo peor de todo? Que promete todo lo contrario de lo que realmente es: un bodrio.

Aquí al menos muestra la cara que se queda al verla.
Inherent Vice, Vicio Propio, Puro Vicio o como coño la quieran llamar. Adaptada fielmente de la novela verborreica de Thomas Pynchon (al cual me he aficionado un poco) y estrenada este mismo año, 2015; es probablemente lo único que su protagonista sería incapaz de fumar. Joaquin Phoenix (del cual no me entero está en una película hasta ver su nombre en los créditos) interpreta a un detective que no sabe de donde le vienen las hostias, y tampoco es que le importe mucho. Pero no te preocupes, durante sus dos horas y media tú tampoco te vas a enterar, tal es la densidad y surrealismo de la película. Comienza bien, y tiene momentos divertidos que hacen que quieras quedarte por el "qué va a pasar ahora", pero según pasa el minutero te percatas de que no va a pasar absolutamente nada relevante; y llegado el momento de la escasa acción, ni siquiera lo tomas en cuenta. Puede que algunos fragmentos se te queden grabados dada su absurdez, pero dudo recuerdes el grueso del argumento pasados unos minutos de su visionado.

Para finalizar dejo el enlace de un vídeo que resume bastante bien la totalidad de la película:

Tan solo me queda decir que esto no es más que mi opinión y que pasen una buena noche. Bye

No hay comentarios:

Publicar un comentario