martes, 17 de noviembre de 2015

La Universidad Española: Franquismo

Han pasado varios meses desde la última entrada, e incluso más desde la última entrada elaborada; dicha ausencia ha sido provocada por una personal falta de interés tanto en lo que me rodeaba como en fijarme y retratar todo lo que podía ver en ello de manera escrita.

Sin embargo, con la entrada en la universidad y el gran cambio de ambiente que ha propiciado, he vuelto a interesarme por la realidad circundante, o tal vez ésta se me ha impuesto lo suficiente como para que no pueda seguirla ignorando por más tiempo. Así, me he reencontrado con los obscuros placeres de la decadente y decrépita sociedad española y los gusanos que la pueblan. Vamos allá.


Mi interés por las ciencias es bastante reciente, surgido a través de ver cómo las fórmulas en apariencia (y ligeramente) arbitrarias que me han sido inculcadas son realmente capaces de explicar una parte de la realidad observada y coordinarse entre sí para sobrepasarla y poder argumentar en terrenos más apartados de los sentidos. Este interés unido a un ansia de conocimiento y comprensión me ha llevado a emprender una carrera universitaria de índole científico-aplicada. Lo que viene siendo una ingeniería.

Para ella he tenido que pasar por el ridículo aro de la PAEG, frustrarme con absurdos trámites por telemática, buscar un piso económico que compartir... Y sobre todo: pagar.

Todo ello para poder ir a una universidad pública y dentro de ella a una facultad con bastante prestigio. Una facultad con capilla y curas propios que ofician misa dos veces al día y ofrecen servicio de confesionario. Una facultad con profesores en nómina desde 26 a 30 años. Donde los alumnos llevan desde cruces a banderas de España.

Espera.

¿No os suena algo?

Ah, sí, el título.


Como todos podéis apreciar a diario, España es un país avanzado, parte de diversos tratados y uniones mundiales, sin resto de su pasadUna polla.

España lleva 80 años siendo franquista.

La religión católica sigue agarrada a los intestinos de esta sociedad como una larva parasitaria, sin que ésta pueda cagarla. Implantados en multitud de "buenos" gestos o acciones, sus infectos principios se extienden a casi todos los ámbitos de la sociedad. Te vomitan su ayuda. ¿Estás intranquilo ante un examen porque eres una mierda? Te ofrecen su capilla, incluso si no pretendes rezar, puedes estudiar en ella. Puedes contribuir a su lugar ocupándolo, y si quieres también puedes canalizar tu estrenada esquizofrenia en la figura del Señor, sintiéndote cerca de él.

Una no pequeña parte de mi clase madruga para ir a misa antes de comenzar el horario lectivo. La capilla tiene mesas convenientemente puestas para estudiar en ellas. Además de los carteles distribuidos por la escuela de vez en cuando reparten flyers... Sí, flyers para rezar. Ponen "keep calm and pray on". Y el logo de la escuela.


Cómo no, también se respira el ambiente patrio. Qué mejor para completar tu fe que una buena porción de psicosis española. No llevo la cuenta de cuántos "compañeros" de estudios son del Opus Dei o su familia posee tres o cuatro viviendas por la capital, tampoco  de la cantidad de símbolos patriotas utilizados por ellos; pero el dinero se huele. Son mierda que se puede permitir, aparte de la matrícula (1900 € aprox.), un gasto extra de hasta 400 € por asignatura en las llamadas "academias", sacacuartos para los inútiles incapaces de aprobar por sí solos, cosa que tampoco consiguen recurriendo a ellas. Además de pagar cantidades ridículas por alcohol de garrafón.

Y la plantilla... Qué decir de ella. Debería parecer extraño que unos profesores que apenas saben explicar su campo de estudio (con algunas notables excepciones) se mantengan 25 o 30 años en su puesto. Debería oler un poco.

Y así es, en España las ingenierías son un campo de cultivo para gente con pasta, las escuelas más elitistas son fábricas de fachas contribuyentes a la sociedad. Y si esto canta ya en la pública, si te vas a la privada te encuentras con dos asignaturas extra a cursar: Historia de la Religión. I y II.


Dicho esto, y a título personal, debo decir que no me arrepiento de mi decisión. La ingeniería es una carrera desafiante y bastante entretenida, con algunas disciplinas muy útiles para comprender un poco mejor la realidad.

Y la gente unos soplapollas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario