miércoles, 4 de febrero de 2015

Textos Incongruentes II: Condicionamiento

Le conocí durante la última semana de servicio. No poseía rasgos faciales característicos, formidable forma física o un peinado ostentoso. Pero tenía algo que le hacía destacar, algo que hacía imposible no fijar la vista en él, su brazo izquierdo. Llevado la mayoría de las veces como una masa inerte, lo surcaban una cordillera de bultos amoratados y enfermos, cuyas venas circundantes daban la impresión de pequeños ríos, pues eran ríos de sangre los que surcaban aquellos valles creados por el dolor y la locura.

Tal fue la fascinación que produjo en mí aquel conjunto que, al notar mi poco disimulada mirada y darse por aludido, se dirigió a mí y comenzó su discurso.

Alceo, como decía llamarse, creía firmemente en la autosuperación y la no-violencia. Tras meditar durante largos períodos sobre el mundo contemporáneo había llegado a la conclusión de que las armas eran el veneno que corrompía la sociedad. Era además ferviente admirador del mitridatismo, llamado así por Mitrídates, que consiguió lograr la tolerancia al veneno mediante su administración prolongada y progresiva.

Sin embargo, ¿qué tenía que ver todo esa verborrea filosófica con aquel brazo deseoso de amputación? No tardé en preguntárselo, a lo cual me prometió no sólo enseñármelo, sino además demostrarlo en persona, tan sólo tenía que esperar a un acto público cuya intención era celebrar.

Tras despedirme de aquel gilipollas ocupé mi mente en otros derroteros, hasta que un par de días después al amanecer el mismo Alceo llamó a la puerta de mi barracón instándome a que le siguiera. Me condujo pletórico a un lugar que me resultaba familiar, el paredón de fusilamiento. Solía estar vacío, tal vez debido al olor metálico de la sangre seca, pero aquel día no.

Apostada contra la pared se vislumbraba la figura de un hombre, iluminado por los escasos rayos de luz que comenzaban a aparecer además de la tenue llama de su cigarrillo. Se adelantó hasta nosotros portando una pistola de pequeño calibre con un silenciador casero ensamblado. Al instante comencé a temblar, recordando haber dejado mi escaso armamento junto al uniforme, en el barracón, lejos, demasiado lejos de mi posible salvación. Alceo permanecía a mi lado manteniendo una gran sonrisa, mi visión quedaba empañada a causa del sudor.

Estaba ya listo para suplicar clemencia, colmarles a insultos o cualquier cosa que sirviera para hacer tiempo hasta que llegase la muerte; cuando Alceo se adelantó hasta el paredón, quedando apoyado en él.

Por lo visto, la forma que tenía aquel individuo de superarse a sí mismo era condicionándose a determinados estímulos, si se pueden llamar así los numerosos balazos que él mismo se había autoinflingido en el brazo, todo en pos de habituarse a aquella ponzoña que consideraba las armas. Y yo había sido elegido, tal vez por no saber apartar la mirada en el debido momento, para ser testigo de la culminación de su experimento por la humanidad.

El desconocido levantó el arma y accionó el percutor. Una bola de fuego salió dirigida hacia el centro de aquellas grandes ideas fijándolas en el recuerdo junto a otros restos de sesos esparcidos. Al preguntarle la razón por la que había accedido a ser el ejecutor de tan claro resultado mientras trasladaba el cuerpo de aquel genio incomprendido por las leyes de la balística me soltó otro discurso sobre la oferta y la demanda.

Parece que todo tenga que venir acompañado por un discurso, todos necesitan algo que justifique las gilipolleces en las que creen, no vaya a ser que realicen que no tienen sentido ni valor.

PD: El cadáver pasó desapercibido, es lo que suele pasar cuando hay otros cincuenta apilados descomponiéndose al lado.

2 comentarios:

  1. ¿Puede ser el dolor una fuente de atracción? Sí, porque nada une más a los humanos que el dolor, obviando el amor, por supuesto. Por cierto, ¿es usted lector? ¿Le gusta la novela romántica? Quizás le interese leer esto; espero que disfrute leyéndolo -como lo he hecho yo, con esta breve entrada- que yo escribiéndolo. Un abrazo :)
    http://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/2015/02/el-tango-de-la-guardia-vieja-la.html

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  2. Si la única razón de visitar mi blog es spamear con el suyo, por cierto un artículo deplorable; le sugiero que se largue.

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