lunes, 13 de octubre de 2014

Muerte Occidental u Onanismo Necrófilo

Saludos, seguramente te hayas encontrado más de una vez en situaciones de muerte de conocidos, familiares, etcétera. Así pues, habrás tenido la oportunidad de observar tanto las reacciones ajenas frente a la defunción como el torbellino de pensamientos que te habrán acosado, por así decir. Desde llantos inconmensurables hasta posiciones estoicas, pasando por repetidos intentos de negar la realidad y demás ejemplos, formando así un extenso abanico (de unos tonos un tanto penosos) de posibilidades. Pues bien, todas esas reacciones, ese "dolor" autoinflingido, esos sentimientos no son más que basura.

¿Y a qué se debe este ataque a algo tan "importante" y rodeado de un supuesto respeto como es la muerte?

Bien, durante toda la historia se la han impuesto cientos, por no decir miles, de significados y protocolos de actuación (rituales). Ha sido entendida de formas tan dispares como el paso a otra vida, renovación, purificación... Pero, ¿cuál es la razón de esta enorme divergencia de opiniones? Exactamente esa, que tan solo consisten en opiniones. Puntos de vista de lo que quieren entender por "muerte".

En la naturaleza, de la que se ha alejado demasiado la "civilización", ocurre constantemente de forma natural, sin más significado que servir, o no, a otros seres vivos para continuar su existencia. Ni siquiera se puede entender como significado ya que corresponde más a un uso lógico como es el aprovechamiento de los restos muertos. Los animales, entre los cuales no se debe olvidar que se sigue situando el ser humano a falta de cyborgs, no se preocupan por dar ningún sentido a uno de los hechos más normales que existen, porque ni les es necesario, ni apenas tiene más allá de dar continuación al resto de vidas, es parte del ciclo.

Fotograma de El Séptimo Sello (1957), del director sueco Ingmar Bergman. En él la muerte es personificada como "algo inconsciente", desconocedor de todos los asuntos que van tras ella según la nefasta tradición cristiana.
Bueno, no todos los animales... Ahí entra en escena el hombre y su orgullo implícito, éste no puede aceptar que la muerte de un "semejante" suyo tenga la misma importancia que la de un animal (al que obviamente considera inferior a sí mismo). Y necesita significados, él en sí no los necesita, pero sí su orgullo. ¿Y que se encarga de dar un sentido a todo e imponer dicha interpretación al resto de la humanidad? La siempre contradictoria filosofía.

Dado que un tema tan vasto como es el pensamiento filosófico llevaría demasiado tiempo para analizarlo en su totalidad, o al menos en una porción de considerable tamaño, tan sólo voy a remitirme al que, en mi opinión, es el más nefasto de todos, el destructor del pensamiento por excelencia: El glorioso pensamiento cristiano.

Una entidad tan potente contra el pensamiento individual que ha conseguido sobrevivir de manera imperante dos milenios tras su inmunda creación, que se aprovecha de la debilidad que esa misma vía de pensamiento crea para perpetuarse cual buen virus, obviamente debía tener un as en la manga para controlar al vulgo. Y cuál iba a ser sino la misma muerte.

Y no es ningún secreto, desde la bestial y absurda Edad Media hasta la actualidad se sigue prometiendo exactamente lo mismo, entre otras cosas: La vida tras la muerte. Utilizada en un principio para subyugar al pueblo llano con promesas para así conseguir una pleitesía continua hasta que se acabara su periodo vital, en la actualidad sigue con un mismo propósito, adaptado convenientemente a este siglo que se avecina de inutilidad y memez.

Pues bien, llegamos al tema que quería tratar: Dado que el "pensamiento" cristiano se ha extendido cual pandemia gracias a sus benefactores, pocos lugares quedan ya en el globo que no estén impregnados de él. Así, casi siempre que ocurra una muerte, se actuará en base a ese protocolo cristiano, un protocolo basado en el morbo y el placer masoquista. Explico:


Una vez ocurrida la defunción se expone el cadáver de forma que no parezca estar muerto, lo cual aparte de ser de un horrible gusto, es un verdadero atentado contra lo natural, contradice la lógica más básica, ¡confunde dejar de estar vivo con seguir estándolo! Durante tal charcutera exposición del difunto, todos los conocidos y familiares se acercan a lo que ellos denominan "mostrar respeto". Entendiendo mostrar respeto como mantener en un expositor (caja, vitrina) los repugnantes restos del fiambre mientras conversan a su alrededor, o demuestran lo memos que son. Por supuesto, mejor forma de mostrar respeto no hay, Ja. Tras complacer su morbo creen adecuado proceder a una ceremonia, la cual termina siendo una triste parodia de las celebradas por las clases pudientes, donde la siempre oportunista Iglesia aprovecha para sembrar de manera más eficiente su pensamiento. Claro, qué mejor momento para inculcar tus ideas sino cuando tu público se encuentra debilitado, una debilidad que además tú mismo has causado al imponerlos tu pensamiento. Simplemente magnífico.
Respeto convenientemente apilado

Esto viene continuado por dar un buen techo al difunto, concretamente emparedándolo de una forma moderna y muy respetuosa. Respeto de pala y cemento. Y tantas chorradas que terminan sobrecargándome: sobarse mutuamente aka dar el pésame, intentar imitar la muerte en vida (duelo), la gilipollez que es llorar, etc, etc, etc. Y cómo no, la "sana" y "buena" hipocresía de mantener un buen recuerdo del insufrible montón de mierda, incluyendo sólo poder hablar bien de él (por muy difícil que sea, por no decir imposible, respetando la coherencia) y mantenerle en el recuerdo.

Recordándolo una y otra vez, masturbándose con su recuerdo, complaciéndose mutuamente en torno a un cadáver hasta dejarlo más soterrado de fluidos corporales que del poco sentido que poseyó en vida.

¿Pero es necesario acaso ese penoso espectáculo? ¡NO! Todo ha sido creado por otros seres rampantes, tan frecuentemente denominados humanos, para su propio provecho y perpetuado por la ausencia de pensamiento individual, con lo que ha quedado un enorme monstruo, producto del sueño de la razón, como diría Francisco de Goya. Es más, hay otros puntos de vista sobre la muerte muchísimo más dignos, eso sí, se escapan a la cultura en la que hemos sido "educados". Y se olvida que muchas veces el mejor punto de vista es no tener ninguno.

Sea como fuere, la gente, la masa, queda complacida, añade alguna misa, alguna concatenación de palabras a algún "santo", complace periódicamente su morbo interno con recuerdos en forma de posesiones materiales y sobre todo, con lo que denominan dignidad y respeto.


Aunque dignidad y respeto son conceptos extintos.

4 comentarios:

  1. No es necesario el espectáculo religioso (es incluso negativo, penoso, anacrónico, ...), pero reunirse los amigos y familia para dar el último adiós, a mi modo de ver, si.

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  2. Jejeje... Empezabas bien. Mantenías una posición lo suficientemente objetiva como para hacer de ésta una entrada interesante. Aunque, de nuevo, has saltado por encima de la parte más primitiva y animal, que es lo que somos a falta de cyborgs, del ser humano: el reptiliano, las emociones. Planteas un punto de vista puramente lógico, puramente "cyborg". Ahí has metido la pata. Pero, desde mi punto de vista, tu mayor metedura de gamba ha sido centrarte tanto en el rito cristiano y acribillarlo cual yihadista libertario, olvidando de nuevo al individuo y generalizando dicho rito y su, por supuesto correspondiente, manipulación.

    Me ha parecido una entrada interesante. Muy condicionada, pero buena, crítica e interesante.

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    1. Pero qué parte animal del ser humano queda ya en la sociedad actual...

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  3. Hola Rafa, soy María. Bien, antes de nada quería felicitarte por tu increíble entrada sobre la compostura de la filosofía humana y cristiana respecto a sus tradiciones conservadoras tanto por instituciones religiosas las cuales convivimos, políticamente hablando, cada día, hasta los pequeños gestos por parte del hombre de a pie que vive esperanzado con un futuro de todo menos desolador. Comparto prácticamente tú idea de pe a pa, pero también objeto que es una idea subjetiva y no hay dos ideas exactamente iguales, discrepo en el recuerdo, es importante recordar a cada ser humano que ha pasado por nuestra vida o que ha marcado con sus hechos una huella en la historia. Un abrazo, y sigue con esto.

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